viernes, febrero 15, 2008

Sanz, Chávez y la libertad de expresión de las dictaduras de izquierda

Un estadounidense y un cubano se empeñaban en mostrar su patria como el lugar más idóneo de respeto a dicha garantía. El estadounidense decía “cuando quiero, voy a la Casa Blanca, pido audiencia con Bush, me reuno con Bush y le digo lo que quiero de Bush.” El Cubano respondió diciendo “Cuando quiero pido audiencia con Fidel en La Habana, me reúno con Fidel, me dejan hablar con Fidel y le digo todo lo que quiero de Bush”

Lo comento a raíz de que Alejandro Sanz debió haber cantado en Venezuela para el día de los enamorados. Sin embargo, en una nueva demostración respecto de su posición sobre la libertad de expresión, el “libertador” Hugo Chávez ha prohibido la realización de dicho concierto.

Que no se me malinterprete: soy poco objetivo. Me gusta Alejandro Sanz. Si bien canta horrorosamente mal, es un gran compositor, hace sus propios arreglos, sus canciones son musicalmente muy buenas y completas y entrega un producto de calidad. Como los lectores saben, no soporto a Hugo Chávez. Su dictadura populista, violaciones a derechos esenciales incluidas, han transformado a Venezuela, de un país inmensamente rico a un muy mal lugar para vivir. Así me lo han comentado los venezolanos que conozco, los chilenos que han ido ultimamente, y así lo he apreciado por los medios de comunicación

¿Cuál fue el pecado del español? Afirmar que “no le gusta” el tirano venezolano, grave afrenta para el ego de un dictador. Claro, debemos agregar que dichas declaraciones coincidieron con el momento en que se estaban recogiendo firmas para solicitar el referéndum revocatorio del presidente venezolano, circunstancia que el cantante español aprovechó para golpear a Chávez donde más le duele: en su orgullo. “A mí, si me dieran tres millones de firmas para que dejara de cantar, dejaría de cantar de inmediato”, afirmó el cantante.

Pero no siempre el que canta mejor es el que canta más fuerte. En noviembre de 2007 Chávez “pasó la cuenta” y prohibió realizar una actividad en un estadio público, donde sí se autorizó a actuar a Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina –más proclives a la dictadura chavista- pues en ella actuaba Sanz. El Poliedro, lugar donde se realizaría la actividad, es, si no el único, uno de los pocos lugares en Caracas donde se pueden realizar eventos masivos de más de 15.000 personas.

En Febrero, anticipándose a la llegada de Sanz, las marionetas chavistas reunidas en el Consejo Municipal de Caracas lo declararon como "persona non grata" por sus reiteradas críticas al tirano venezolano. El Consejo pidió a las autoridades prohibir la realización del recital, y la eficaz dictadura autoritaria procesó con celeridad la “espontanea” petición, y negó nuevamente el centro de eventos, a lo que la productora Evenpro, organizadora del evento, señaló que el recital se canceló "por no contar con las condiciones apropiadas". A buen entendedor…

En síntesis: el arte, la libertad de expresión y la izquierda son enteramente compatibles… cuando el artista es de izquierda y apoya causas de izquierdas.

6 comentarios:

Donatello dijo...

Efectivamente las dictaduras reprimen las libertades, no parece ser una premisa nueva, pero ¿quien dice que aquellas represiones sean exclusivas de la izquierda?. Es más, me parece algo inoficioso el sólo hecho de intentar hacer una diferenciación entre dictaduras de izquierda y de derecha. Al fin y al cabo, de derecha, centro o izquierda, los dictadores roban, matan y polarizan las sociedades.
No es necesario detallar las represiones de Pinochet, Franco o Mussolini sobre la literatura, música y otras expresiones artísticas de la izquierda.

Todos los dictadores violan los derechos humanos y se enriquecen ilícitamente. El abuso de autoridad y la discrecionalidad en el uso de los recursos públicos es una condición inherente a toda dictadura.


P.D: Profesor, un placer leer nuevamente sus artículos. Por lo que he podido desprender de sus cátedras, estoy absolutamente seguro de que jamás coincidiremos en lo político o religioso, pero así es mas entretenido debatir.

Unknown dijo...

Felipe
Para mi tambíén es un gusto discutir contigo. Siempre lo ha sido.
Tienes razón respecto de que los dictadores en general tienden a abusar del poder, sean de izquierdas o de derechas. Pero hay dos cosas que quisiera puntualizar:
Primero, cuidado con a quién etiquetas y en qué lo etiquetas. Comparar a Mussolini con Pinochet es, en ciertos aspectos, comparar peras con manzanas. Ambos fueron dictadores, pero Mussolini no se acerca ni de lejos a una dictadura de derechas.
Segundo, ¿has notado que la crítica política -de los analistas y de los grandes centros de pensamiento- en general son más benévolos con "unos" dictadores que con "otros"? A mi modo de ver, Chavez, Fidel Castro y otros están dentro del grupo de los "privilegiados"... y posiblemente la explicación es que las dictaduras de izquierda tienen mejor prensa.
Un abrazo

Donatello dijo...

Puede ser, el régimen fascista se identifica coomo totalitario, mientras que la dictadura de Pinochet se satisface como autoritaria y ceñida al catolicismo. Le concedo el punto.

No obstante, eso de que las dictaduras de izquierda tengan mejor prensa, es relativo. Probablemente estos personajillos puedan parecer más atractivos para los diarios y la TV, por cuanto están dotados de un carisma que siempre ha faltado en los líderes de derecha. Pero no se qué tan privilegiados puedan ser, al menos en nuestro país, donde el grueso de los medios de comunicación está en manos de la derecha. Por otra parte, creo que no es un buen negocio para políticos de derecha meterse con Chávez o Fidel, o al menos, no es una inversión segura, porque en Chile aún existen adherentes a ellos y como sabemos, nadie quiere casarse con nada en materias tan polarizadas.

Felipe Saavedra M.
Estudiante Derecho UNAB.

Unknown dijo...

Felipe
Punto para tí: los dueños de los consorcios de prensa nacional están más cerca de un segmento que del otro. Pero ¿los editores piensan como ellos? ¿los periodistas son todos de derecha? Te llevarías más de una sorpresa al conocer "la cocina" de un periódico.
Cuando hablo de "mejor prensa", es metafóricamente. No me imagino a Fidel juzgado por el Tribunal Penal Internacional, ni veo a Baltarzar Garzón confiscando cuentas de Chavez ni solicitando para él órdenes de captura internacional. En cambio si veo a gente con la polera del Che como si fuera un ídolo: ¿donde está la diferencia entre un Guevara y un Hitler? Ambos son igualmente consecuentes y murieron por sus "ideales". Pero no veo chicos con poleras de Adolf... salvo tres o cuatro neonazis locos por ahí.
En cuanto a si es o no buen negocio asociarse con los dictadores de izquierda, puedes preguntarle al senador Alejandro Navarro y a su financiamiento electoral.
Un abrazo

Donatello dijo...

Creo que comparar al "Che" con Hitler también es comprarar peras con manzanas, pero en fin .... Esto dijo Chávez hoy, a propósito del tema central:

"No señor Sanz, venga aquí si quiere, cante en (el palacio de gobierno de) Miraflores, le presto la plaza Bicentenaria (vecina al palacio) para que cante y diga lo que quiera", afirmó en un mensaje al país transmitido en cadena de radio y televisión.

Chávez aseguró que no tiene tiempo para ocuparse de esas cosas y que el único cantante que conoce es él mismo, asegurando que "yo canto muy mal".

¿A qué obedece esa reacción?.

Saludos...

Unknown dijo...

Eso, mi estimado Felipe, es "limpieza de imagen".

Si no puedes contra el enemigo Sanz -al cual se le sumaron Fito Páez, Maná, Miguel Bosé y varios otros, hasta Franco de Vita (arggh!)- invítalo a tu casa. "Mantén cerca a tus amigos, pero mucho más cerca a tus enemigos", enseñaba don Vito Corleone.

Respecto de la comparación Hitler-Guevara, hay más puntos en común de lo que tu crees. Ambos murieron por sus ideas. Ambos legitimaron el uso de la violencia en política. Ambos eran partidarios de sistemas totalitarios. Ambos negaban el pluralismo en sus ideales de gobierno. Ambos partían de la base que no todas las personas son iguales: uno, por la superioridad racias; el otro desde el punto de vista de la superioridad moral de la clase obrera sobre la burguesía. Es cierto que la comparación, en apariencias, es como de peras y manzanas, pero si buscas en los supermercados podrás encontrar un raro enjendro (que no sabe tan mal) llamado Pera Manzana
Saludos