¿TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL? NO, GRACIAS.
Marcelo Brunet Bruce
Abogado. Profesor de Derecho Constitucional PUC y UNAB
La ratificación del Tribunal Penal Internacional (TPI) sería un error grave para Chile. Quienes creemos en principios elementales de justicia, de igualdad ante la ley, de seguridad jurídica y, en definitiva, en que la ley existe para proteger a los pequeños respecto de los abusos de los poderosos, no podemos favorecer su aprobación.
Marcelo Brunet Bruce
Abogado. Profesor de Derecho Constitucional PUC y UNAB
La ratificación del Tribunal Penal Internacional (TPI) sería un error grave para Chile. Quienes creemos en principios elementales de justicia, de igualdad ante la ley, de seguridad jurídica y, en definitiva, en que la ley existe para proteger a los pequeños respecto de los abusos de los poderosos, no podemos favorecer su aprobación.
¿Por qué asumir una postura tan políticamente incorrecta? Porque, si bien el espíritu del TPI es humanista, fundado en el principio razonable de que los crímenes contra la humanidad o de guerra no queden impunes y de que la existencia de un tribunal permanente evitaría la impunidad de aquellos, no queda claro que el resultado propuesto a ratificación sea consecuente con tales nobles ideales.
En primer lugar, el Tratado no asegura igual justicia para todos. Ello por cuanto los estados-parte pueden solicitar la intervención de la Corte sólo cuando los delitos hayan ocurrido en otro estado-parte o cuando los supuestos agresores sean nacionales de un estado-parte. Sin embargo, se exceptúan de aquello los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (o sea China, EEUU, Rusia, Reino Unido y Francia), pues según el artículo 13 del Tratado ellos no necesitan ser parte del tratado para requerir su intervención, pues, a través del señalado Consejo, pueden solicitar la intervención de la Corte en cualquier estado, siendo o no miembro del estatuto.
Dicho de otro modo, los Miembros Permanentes que no han ratificado, a diferencia de los demás, son impunes de lo que ocurra en sus fronteras o de lo que ocurra a sus ciudadanos, ya que no son parte del Tratado. Pero sí pueden exigir que se investigara lo ocurrido en cualquier otro lugar. Así las cosas, sin duda que las normas del TPI se aplicarán con el máximo rigor para los ciudadanos de Camboya, Mozambique, Liberia, El Salvador, Argelia, Rwanda o Chile, si es que nuestro país aprueba el Tratado. ¿Y qué ocurrirá cuando los agresores sean ciudadanos de países poderosos que no ratifiquen el TPI? La respuesta es simple: nada.
Esto no es una mera especulación. Ni Estados Unidos, la Federación Rusa ni China han suscrito el Tratado. Las razones de aquello son más que comprensibles. Y Gran Bretaña y Francia ya declararon en la negociación del TPI que no estaban dispuestos a aceptar que se les aplicara el Estatuto. Así, es evidente que la Corte Internacional generará impunidad para ciudadanos de países poderosos y justicia rígida para nacionales de países débiles con reglas diversas.
En segundo término, existen delitos de competencia del TPI que afectan principios básicos de la determinación del delito, consagrados en cualquier constitución moderna. Así, el detalle de en qué consiste jurídicamente el delito de agresión sólo se determinará en caso que se apruebe el Tratado de la Corte. En el caso de los crímenes de lesa humanidad la situación es más antijurídica aún, pues su tipificación quedó indeterminada en el Tratado.
Asimismo, hay motivos suficientes para suponer que dicho tratado es inconstitucional. Por lo pronto, así lo señaló el Tribunal Constitucional en Sentencia de 8 de abril de 2002, Rol Nº 346) en que declaró que “para que (…) sea un tribunal establecido para juzgar delitos cometidos en Chile, debe incorporarse al sistema interno mediante una adecuación constitucional”, la cual no se ha producido a la fecha. Asimismo, y aún de producirse tal reforma, al ser la soberanía un atributo irrenunciable del Estado, por el cual puede juzgar a quienes viven o están de paso por Chile, no es posible pretender que las funciones por las que se manifiesta tal función del Estado puedan ser renunciadas o enajenadas.
No parece tener sentido ratificar una muy bien intencionada pero inconstitucional norma cuyos perjuicios, lejos de generar efectos humanitarios, podrían crear una nueva herramienta para los poderosos contra los pequeños, fundando una justicia de países de primera clase y otra para los de segundo o tercer nivel.
1 comentario:
Haber, profesor, creo entender que este tribunal implica mas que nada una herramienta para volver al mismo tema de abusos a los derechos humanos que viene pesando en el país desde el 73.
No conozco bien todo lo referente a las funciones de este órgano, pero asumo que chile gracias a su gobierno concertacionista lo manejaría como un distractor, todos se olvidan de problemas económicos, sociales y educacionales cuando les hablan de castigar a los miembros de las instituciones armadas que actuaron durante el pronunciamiento y después de el, entonces se juzga a Pinochet y sus antiguos asociados, gente de ya bastante edad para que los pocos años que aun les queda de vida los pasen en una cárcel, me parece, aparte de un revanchismo ya trillado, algo un poco alejado a los problemas actuales.
Me parece correcto que se quiera castigar a "violadores de derechos humanos" pero falta ver un punto que pocos seres logran o quieren entender, cuando se esta en situación de conflicto ningún ser humano con un arma es capaz de resistirse a sacar el seguro del arma y dispararla cuando se le viene una turba encima, lo mas probable es que terminen juzgando a los carabineros que participan de tiroteos con delincuentes pues "abusaron de los derechos humanos, tenían armas, estaban entrenados en como usarlas y dispararon a matar"
Este país jamás avanzara mientras generaciones sigan guardando un odio ancestral a algo que no vivieron y mientras los que si hicieron mantengan alimentando a su progenie de este odio, no trato de fomentar la impunidad, pero si la racionalidad.
Al parecer tomé todo este asunto por el lado '73 y chile mismo mas que algo de razones internacionales, al parecer soy una victima mas del odio ancestral, y los 5 años en la armada me hacen terminar hablando de una forma u otra sobre ella, espero tener algo de razón y no ser seguir una postura demasiado tirada a un partido o zona en el caso que esto sea malo.
Un saludo y espero estar sentado en su clase el próximo semestre
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