Corría el año 2006, primero del presunto e inexistente “primer tiempo” del gobierno de Bachelet. Los Pinguinos, aquellos furiosos, emplumados y encorbatados –o enjumperados, en el caso femenino- animalitos políticos que irrumpieron en la escena nacional, modificando el esquema de la luna de miel presidencial, cobraron una víctima. El Ministro Zilic, quien había llegado al cargo en base a sus múltiples e innegables méritos políticos pero en ningún caso técnicos en materia de enseñanza, fue cesado en el cargo por la Mandataria. Su reemplazo, una joven, morenita, proveniente de la primera (¿o decimoquinta?) región: Yasna Provoste.
Simpática, con buena labia, “chora” –proviene de la zona de los choreros- en el total sentido de la palabra, con buena figuración pública, la Ministra lo tenía todo. Convicción, respaldo de la Presidenta, apoyo popular. “Yasnagol”, como fue rebautizada por los medios por sus méritos futbolísticos apreciables en cuanto evento le diera popularidad al Gobierno, era carta ganadora segura para la senatorial del 2009.
Todo andaba demasiado bien. Había capeado la tempestad de sus seiscientos y pocos puntos (dijo que era como los primeros pololeos, que uno los recordaba mejores de lo que fueron), logró salirse con la suya desmontando y desarticulando al movimiento pingüino. Podría decisrse que la Presidenta incluso vió en ella a una versión Bachelet 2.0: una mujer sin mucho contenido pero con popularidad y “look” popular, una versión corregida y aumentada de sí misma.
Pero todo cambió de la noche a la mañana para Provoste… y para mal. “Yasnagol” está en la mitad del camino a la caída, igual que en el memorable libro “La hoguera de las vanidades”, en la que el conjunto de circunstancias hizo que el exitoso Sherman McCoy fuera carne tierna con la que los grupos raciales y políticos se dieron un festín- Igualmente, nuestra querida Yasna pasó de exitosa a enjuiciada.Del éxito al fracaso. De la luz a la oscuridad.
¿Cómo pasó tamaña e imprevista desgracia? La explicación es muy simple: se llama política. Los méritos no sirven en este caso, dando lo mismo si Provoste estaba o no –no lo estaba, en cualquier caso- efectuando una revolución en la enseñanza. Tampoco fueron, como vimos, los méritos los que hicieron que ella llegara al cargo ministerial. Los apoyos políticos servirán… pero no de mucho. Ya es tarde. La caída es inminente.
Se dio un inédito caso en que los dos factores para cesar en su cargo a un ministro su cumplieron: primero, la causal de acusación –bien deducida a mi juicio- es jurídicamente correcta, cosa generalmente irrelevante dado que la acusación constitucional depende de las mayorías de las cámaras. Segundo, se dan las mayorías de acusación suficientes como para revisar la permanencia de Provoste en el cargo.
La defensa que la Presidenta (¿solidaridad de mujer simpaticona que no estaba apta para el cargo?) sólo complica al Gobierno. Bachelet no hizo lo que en su tiempo sí hizo uno que sí sabía de política. Lagos dejó caer sin misericordia a su amigo personal Carlos Cruz, porque sabía que en esto no hay amigos ni solidaridades. Y así es como Cruz terminó libre y Lagos pretende reelegirse hoy. Ahora, gracias al “abrazo del oso” dado por la Presidenta, respaldando públicamente a la ministra, si cae ella se cae un pedazo del Gobierno.
Así fue como Yasna, la querida Yasna, pasó a transformarse en un nuevo autogol del gobierno. Un error no forzado, una caída más. No se si esto signifique que la oposición suba siquiera una décima en las encuestas, pero de que la polítca no tendrá el mismo ritmo luego de esta acusación, de eso no cabe duda alguna.
domingo, marzo 09, 2008
lunes, marzo 03, 2008
¿Qué se creen?
El terrorismo es la peor lacra social. Las FARC han asolado un hermoso país como Colombia y lo han transformado en un sitio invivible. Es cosa de preguntarle a tantos colombianos que han emigrado hacia nuestras fronteras. Pregúntentles, si pueden, cuantos parientes o amigos han caído por culpa de los "jóvenes idealistas"
En ese contexto, el enfrentamiento en el que murió el segundo personaje en importancia de la FARC parece una cosa propai de las reglas del juego en el combate antiterrorista. En él solo hay dos bandos: los que apoyan a los terroristas y los demás.
Ciertamente, Chávez (Venezuela) y Correa (Ecuador) se alinearon en contra de las víctimas y en favor de los terroristas. ¿Qué le importa a Chavez el tema si no tiene intereses comprometidos? ¿Cuál es la razón por la que, en lugar de colaborar en la lucha contra la FARC, Ecuador hace un escándalo porque el conflicto se desarrolló en sus fronteras?
Siento indignación. Pienso en las víctimas del terrorismo y no dejo de preguntarme por ellos ¿qué se creen estos tipos? ¿Hasta cuando se promueve la impunidad a los terroristas?
En ese contexto, el enfrentamiento en el que murió el segundo personaje en importancia de la FARC parece una cosa propai de las reglas del juego en el combate antiterrorista. En él solo hay dos bandos: los que apoyan a los terroristas y los demás.
Ciertamente, Chávez (Venezuela) y Correa (Ecuador) se alinearon en contra de las víctimas y en favor de los terroristas. ¿Qué le importa a Chavez el tema si no tiene intereses comprometidos? ¿Cuál es la razón por la que, en lugar de colaborar en la lucha contra la FARC, Ecuador hace un escándalo porque el conflicto se desarrolló en sus fronteras?
Siento indignación. Pienso en las víctimas del terrorismo y no dejo de preguntarme por ellos ¿qué se creen estos tipos? ¿Hasta cuando se promueve la impunidad a los terroristas?
domingo, febrero 24, 2008
Lecciones del Festival de Viña
Lecciones del Festival de Viña
¿Puede dejar lecciones el Festival de Viña? Jaime Guzmán, que sabía mucho de opinión pública creía que sí. Iba todos los años, pues estaba convencido que era un buen barómetro del sentir popular. No dejaba de tener razón. Por eso, creo que hay que verlo y extraer e interpretar lo que la gente dice.
¿Qué se puede aprender de esta versión?
1. El populismo tiene costos. Los “animadores de kermesse”, como los ha motejado la prensa, han tratado por todos los medios de congraciarse con el público. ¿Les ha resultado? No parece ser así. El concierto de besuqueos, comentarios desatinados y discursos interminables, concesiones gratuitas a los artistas, bromas de doble sentido e hiperventilación hacen que la gente normal extrañe a gente grande –adulta en serio- como animador a cargo de un evento adulto.
2. Definitivamente Piñera no va a ser Presidente de Chile. Lo doy firmado, a año y medio de las elecciones. Es evidente que la gente no lo quiere. No me refiero solo a la rechifla generalizada cuando Kramer, imitándolo, señaló sus intenciones. Lo que pasa, y se notó en la reacción popular, es que la gente no le cree su "pura" vocación de servicio público
3. Muchos políticos han aprendido de Rocío Marengo que da lo mismo lo que se haga para figurar, lo importante es figurar. ¿O Navarro, Girardi, Avila y compañía son una cosa muy distinta de aquello? Todo vale por un pantallazo. Pegarle a un carabinero o a una reina ¿qué más da? Koala, Koala, Yaaa
4. Aún la calidad recibe premio. No obstante el marketing, Six Pack es solo un grupo de niñitos lindos que no cantan ni bailan. En cambio, Amango son chicos talentosos. Unos fueron premiados por el público. Otros sufrieron el escarnio de ser ignorados. Unos tuvieron que sufrir y otros disfrutaron en el escenario. ¡Qué distinto es tener talento y no tenerlo!
5. El concurso de reina del Festival ha derivado en lo mismo que se ha transformado nuestra televisión; en un mecanismo tribal tendiente a desatar las más bajas pasiones masculinas. ¡Uqé verguenza las reacciones de periodistas, profesionales universitarios, berreando por una chica en ropa interior! ¿Qué falta? ¿Que una “candidata” fornique en público con un periodista en el tristemente célebre “minuto feliz”? Lejos está esto de la prestancia y glamour de antaño. Me pregunto si hoy Bolocc, Tonka o Pampita se sentirán muy orgullosas de poseer el título de reina de viña.
6. La sobreexposición mata. ¿Es posible que Luchito Jara aparezca mañana, tarde y noche (literalmente) en UCTV? ¿No hay otro animador? Si vuelvo a escuchar de nuevo la broma del pan con mantequilla no veré más canal 13: lo prometo.
7. No es novedad: pero el Festival salva a los gobiernos que hacen agua. ¿O no, señora Provoste? Consejo para el gobierno: la próxima vez que implementen un Transantigo, háganlo la penúltima semana de febrero... con eso salvan de cualquier reacción.
¿Puede dejar lecciones el Festival de Viña? Jaime Guzmán, que sabía mucho de opinión pública creía que sí. Iba todos los años, pues estaba convencido que era un buen barómetro del sentir popular. No dejaba de tener razón. Por eso, creo que hay que verlo y extraer e interpretar lo que la gente dice.
¿Qué se puede aprender de esta versión?
1. El populismo tiene costos. Los “animadores de kermesse”, como los ha motejado la prensa, han tratado por todos los medios de congraciarse con el público. ¿Les ha resultado? No parece ser así. El concierto de besuqueos, comentarios desatinados y discursos interminables, concesiones gratuitas a los artistas, bromas de doble sentido e hiperventilación hacen que la gente normal extrañe a gente grande –adulta en serio- como animador a cargo de un evento adulto.
2. Definitivamente Piñera no va a ser Presidente de Chile. Lo doy firmado, a año y medio de las elecciones. Es evidente que la gente no lo quiere. No me refiero solo a la rechifla generalizada cuando Kramer, imitándolo, señaló sus intenciones. Lo que pasa, y se notó en la reacción popular, es que la gente no le cree su "pura" vocación de servicio público
3. Muchos políticos han aprendido de Rocío Marengo que da lo mismo lo que se haga para figurar, lo importante es figurar. ¿O Navarro, Girardi, Avila y compañía son una cosa muy distinta de aquello? Todo vale por un pantallazo. Pegarle a un carabinero o a una reina ¿qué más da? Koala, Koala, Yaaa
4. Aún la calidad recibe premio. No obstante el marketing, Six Pack es solo un grupo de niñitos lindos que no cantan ni bailan. En cambio, Amango son chicos talentosos. Unos fueron premiados por el público. Otros sufrieron el escarnio de ser ignorados. Unos tuvieron que sufrir y otros disfrutaron en el escenario. ¡Qué distinto es tener talento y no tenerlo!
5. El concurso de reina del Festival ha derivado en lo mismo que se ha transformado nuestra televisión; en un mecanismo tribal tendiente a desatar las más bajas pasiones masculinas. ¡Uqé verguenza las reacciones de periodistas, profesionales universitarios, berreando por una chica en ropa interior! ¿Qué falta? ¿Que una “candidata” fornique en público con un periodista en el tristemente célebre “minuto feliz”? Lejos está esto de la prestancia y glamour de antaño. Me pregunto si hoy Bolocc, Tonka o Pampita se sentirán muy orgullosas de poseer el título de reina de viña.
6. La sobreexposición mata. ¿Es posible que Luchito Jara aparezca mañana, tarde y noche (literalmente) en UCTV? ¿No hay otro animador? Si vuelvo a escuchar de nuevo la broma del pan con mantequilla no veré más canal 13: lo prometo.
7. No es novedad: pero el Festival salva a los gobiernos que hacen agua. ¿O no, señora Provoste? Consejo para el gobierno: la próxima vez que implementen un Transantigo, háganlo la penúltima semana de febrero... con eso salvan de cualquier reacción.
lunes, febrero 18, 2008
Pictures of The Cure
Gracias a Dios existe Febrero, mes que permite escribir de cosas relajadas y de mi agrado. Una de ellas, la que quiero compartir, me acompaña desde varios años: The Cure.
Es cierto: es una banda rara. No es común que se mantengan sin disolverse durante 32 años, que todavía llena estadios y que ha vendido cerca de 27 millones de discos, pese a que como dice Smith, ”nosotros vendemos bastantes discos (y) nuestra compañía discográfica no tiene muy claro porqué se venden.” Algo ha de tener. Aquí viene mi explicación de qué es lo que es ese “algo”
The Cure es un grupo contracorriente. No es pop; no es rock. No es propiamente dark ni son Góticos: son más bien sus Padrinos o, peor, sus abuelos (el propio Smith señala ser “la banda pop que los góticos se permiten escuchar); no es punk, pese a que en sus comienzos temas como “Killing an Arab” y “10:15 at Saturday Night” insinúan una cierta orientación en tal sentido. Su estilo es único. Tal vez se comprende aquello, de alguna manera, en su nombre: pretendían, ya desde sus orígenes, ser una “cura” frente a los excesos y luces de los Rod Steward, los Queen, y tantas bandas pop de aquellos años que deslumbraban con un falso brillo.
De ahí la brillante opacidad de los Cure. Es imposible no escuchar una canción de ellos y no reconocerlos. Eso es lo que uno puede denominar “estilo propio”: no como tantos que se repiten y autoplagian todo el tiempo. No, Smith y los Cure han desarrollado un producto único, inimitable –muchos lo han intentado- y auténtico, que se adapta a los tiempos y evoluciona. Que se ha transformado en una especie de bitácora de vida de Smith. Y que quienes los seguimos hace años la sentimos como propia.
A lo largo de 20 extraordinarios álbumes, The Cure lo han hecho todo en su propio e inconfundible estilo. La banda ha pasado la mayor parte de su carrera creando y explorando en los extraños lugares donde los mundos de la música popular y lo alternativo entran en conflicto. Han desarrollado un abanico de sonidos y estilos único y característico. En dicho proceso han creado un patrimonio de genial música contemporánea.
Una muestra de ella es mi favorita: “Pictures of You”. ¿Puede haber algo más sentido que "If only I'd thought of the right words /I could have held on to your heart/If only I'd thought of the right words/I wouldn't be breaking apart all my pictures of you."? La voz de Smith suena melancólica y desgarradoramente emotiva cuando dice que "There was nothing in the world/That I ever wanted more/ Than to feel you deep in my heart/ There was nothing in the world/That I ever wanted more/ Than to never feel the breaking apart all my pictures of you"
¿Demasiada melancolía? Puede ser. Pero todos tenemos nuestros cuartos de hora. Poder asumir dicho lado oscuro, sin embriagarse con él y sin renegar de él tampoco es señal de madurez. EL propio Smith asume la vida en dicho sentido: “no puedes mostrar tu lado melancólico cuando enfrentas a un abogado”, dice razonablemente.
Saber siempre dónde uno está parado es una virtud que se refleja en los detalles: Smith, por ejemplo, dice que “cada título de "Seventeen Seconds" es una pequeña historia de Kafka. Pero entonces nosotros no éramos nadie así que no pensé que nadie se molestara en demandarnos”. De más está decir que no se caracterizan por abusar de las entrevistas, pero las usan como elemento de merchandising. Y se asumen como producto.
Esa autenticidad es el sello de los Cure. La que lleva a Smith a afirmar que “me molesta ver a gente ya muy vieja haciendo música contemporánea. Todavía no alcancé ese estadio de persona vieja en el escenario. Cuando no me pueda parar y cantar por 3 horas, entonces es probablemente la hora de sentarme y comenzar a hacer música para películas.” Ojalá falten varios años -y albumes- para eso.
Es cierto: es una banda rara. No es común que se mantengan sin disolverse durante 32 años, que todavía llena estadios y que ha vendido cerca de 27 millones de discos, pese a que como dice Smith, ”nosotros vendemos bastantes discos (y) nuestra compañía discográfica no tiene muy claro porqué se venden.” Algo ha de tener. Aquí viene mi explicación de qué es lo que es ese “algo”
The Cure es un grupo contracorriente. No es pop; no es rock. No es propiamente dark ni son Góticos: son más bien sus Padrinos o, peor, sus abuelos (el propio Smith señala ser “la banda pop que los góticos se permiten escuchar); no es punk, pese a que en sus comienzos temas como “Killing an Arab” y “10:15 at Saturday Night” insinúan una cierta orientación en tal sentido. Su estilo es único. Tal vez se comprende aquello, de alguna manera, en su nombre: pretendían, ya desde sus orígenes, ser una “cura” frente a los excesos y luces de los Rod Steward, los Queen, y tantas bandas pop de aquellos años que deslumbraban con un falso brillo.
De ahí la brillante opacidad de los Cure. Es imposible no escuchar una canción de ellos y no reconocerlos. Eso es lo que uno puede denominar “estilo propio”: no como tantos que se repiten y autoplagian todo el tiempo. No, Smith y los Cure han desarrollado un producto único, inimitable –muchos lo han intentado- y auténtico, que se adapta a los tiempos y evoluciona. Que se ha transformado en una especie de bitácora de vida de Smith. Y que quienes los seguimos hace años la sentimos como propia.
A lo largo de 20 extraordinarios álbumes, The Cure lo han hecho todo en su propio e inconfundible estilo. La banda ha pasado la mayor parte de su carrera creando y explorando en los extraños lugares donde los mundos de la música popular y lo alternativo entran en conflicto. Han desarrollado un abanico de sonidos y estilos único y característico. En dicho proceso han creado un patrimonio de genial música contemporánea.
Una muestra de ella es mi favorita: “Pictures of You”. ¿Puede haber algo más sentido que "If only I'd thought of the right words /I could have held on to your heart/If only I'd thought of the right words/I wouldn't be breaking apart all my pictures of you."? La voz de Smith suena melancólica y desgarradoramente emotiva cuando dice que "There was nothing in the world/That I ever wanted more/ Than to feel you deep in my heart/ There was nothing in the world/That I ever wanted more/ Than to never feel the breaking apart all my pictures of you"
¿Demasiada melancolía? Puede ser. Pero todos tenemos nuestros cuartos de hora. Poder asumir dicho lado oscuro, sin embriagarse con él y sin renegar de él tampoco es señal de madurez. EL propio Smith asume la vida en dicho sentido: “no puedes mostrar tu lado melancólico cuando enfrentas a un abogado”, dice razonablemente.
Saber siempre dónde uno está parado es una virtud que se refleja en los detalles: Smith, por ejemplo, dice que “cada título de "Seventeen Seconds" es una pequeña historia de Kafka. Pero entonces nosotros no éramos nadie así que no pensé que nadie se molestara en demandarnos”. De más está decir que no se caracterizan por abusar de las entrevistas, pero las usan como elemento de merchandising. Y se asumen como producto.
Esa autenticidad es el sello de los Cure. La que lleva a Smith a afirmar que “me molesta ver a gente ya muy vieja haciendo música contemporánea. Todavía no alcancé ese estadio de persona vieja en el escenario. Cuando no me pueda parar y cantar por 3 horas, entonces es probablemente la hora de sentarme y comenzar a hacer música para películas.” Ojalá falten varios años -y albumes- para eso.
viernes, febrero 15, 2008
Sanz, Chávez y la libertad de expresión de las dictaduras de izquierda
Un estadounidense y un cubano se empeñaban en mostrar su patria como el lugar más idóneo de respeto a dicha garantía. El estadounidense decía “cuando quiero, voy a la Casa Blanca, pido audiencia con Bush, me reuno con Bush y le digo lo que quiero de Bush.” El Cubano respondió diciendo “Cuando quiero pido audiencia con Fidel en La Habana, me reúno con Fidel, me dejan hablar con Fidel y le digo todo lo que quiero de Bush”
Lo comento a raíz de que Alejandro Sanz debió haber cantado en Venezuela para el día de los enamorados. Sin embargo, en una nueva demostración respecto de su posición sobre la libertad de expresión, el “libertador” Hugo Chávez ha prohibido la realización de dicho concierto.
Que no se me malinterprete: soy poco objetivo. Me gusta Alejandro Sanz. Si bien canta horrorosamente mal, es un gran compositor, hace sus propios arreglos, sus canciones son musicalmente muy buenas y completas y entrega un producto de calidad. Como los lectores saben, no soporto a Hugo Chávez. Su dictadura populista, violaciones a derechos esenciales incluidas, han transformado a Venezuela, de un país inmensamente rico a un muy mal lugar para vivir. Así me lo han comentado los venezolanos que conozco, los chilenos que han ido ultimamente, y así lo he apreciado por los medios de comunicación
¿Cuál fue el pecado del español? Afirmar que “no le gusta” el tirano venezolano, grave afrenta para el ego de un dictador. Claro, debemos agregar que dichas declaraciones coincidieron con el momento en que se estaban recogiendo firmas para solicitar el referéndum revocatorio del presidente venezolano, circunstancia que el cantante español aprovechó para golpear a Chávez donde más le duele: en su orgullo. “A mí, si me dieran tres millones de firmas para que dejara de cantar, dejaría de cantar de inmediato”, afirmó el cantante.
Pero no siempre el que canta mejor es el que canta más fuerte. En noviembre de 2007 Chávez “pasó la cuenta” y prohibió realizar una actividad en un estadio público, donde sí se autorizó a actuar a Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina –más proclives a la dictadura chavista- pues en ella actuaba Sanz. El Poliedro, lugar donde se realizaría la actividad, es, si no el único, uno de los pocos lugares en Caracas donde se pueden realizar eventos masivos de más de 15.000 personas.
En Febrero, anticipándose a la llegada de Sanz, las marionetas chavistas reunidas en el Consejo Municipal de Caracas lo declararon como "persona non grata" por sus reiteradas críticas al tirano venezolano. El Consejo pidió a las autoridades prohibir la realización del recital, y la eficaz dictadura autoritaria procesó con celeridad la “espontanea” petición, y negó nuevamente el centro de eventos, a lo que la productora Evenpro, organizadora del evento, señaló que el recital se canceló "por no contar con las condiciones apropiadas". A buen entendedor…
En síntesis: el arte, la libertad de expresión y la izquierda son enteramente compatibles… cuando el artista es de izquierda y apoya causas de izquierdas.
Lo comento a raíz de que Alejandro Sanz debió haber cantado en Venezuela para el día de los enamorados. Sin embargo, en una nueva demostración respecto de su posición sobre la libertad de expresión, el “libertador” Hugo Chávez ha prohibido la realización de dicho concierto.
Que no se me malinterprete: soy poco objetivo. Me gusta Alejandro Sanz. Si bien canta horrorosamente mal, es un gran compositor, hace sus propios arreglos, sus canciones son musicalmente muy buenas y completas y entrega un producto de calidad. Como los lectores saben, no soporto a Hugo Chávez. Su dictadura populista, violaciones a derechos esenciales incluidas, han transformado a Venezuela, de un país inmensamente rico a un muy mal lugar para vivir. Así me lo han comentado los venezolanos que conozco, los chilenos que han ido ultimamente, y así lo he apreciado por los medios de comunicación
¿Cuál fue el pecado del español? Afirmar que “no le gusta” el tirano venezolano, grave afrenta para el ego de un dictador. Claro, debemos agregar que dichas declaraciones coincidieron con el momento en que se estaban recogiendo firmas para solicitar el referéndum revocatorio del presidente venezolano, circunstancia que el cantante español aprovechó para golpear a Chávez donde más le duele: en su orgullo. “A mí, si me dieran tres millones de firmas para que dejara de cantar, dejaría de cantar de inmediato”, afirmó el cantante.
Pero no siempre el que canta mejor es el que canta más fuerte. En noviembre de 2007 Chávez “pasó la cuenta” y prohibió realizar una actividad en un estadio público, donde sí se autorizó a actuar a Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina –más proclives a la dictadura chavista- pues en ella actuaba Sanz. El Poliedro, lugar donde se realizaría la actividad, es, si no el único, uno de los pocos lugares en Caracas donde se pueden realizar eventos masivos de más de 15.000 personas.
En Febrero, anticipándose a la llegada de Sanz, las marionetas chavistas reunidas en el Consejo Municipal de Caracas lo declararon como "persona non grata" por sus reiteradas críticas al tirano venezolano. El Consejo pidió a las autoridades prohibir la realización del recital, y la eficaz dictadura autoritaria procesó con celeridad la “espontanea” petición, y negó nuevamente el centro de eventos, a lo que la productora Evenpro, organizadora del evento, señaló que el recital se canceló "por no contar con las condiciones apropiadas". A buen entendedor…
En síntesis: el arte, la libertad de expresión y la izquierda son enteramente compatibles… cuando el artista es de izquierda y apoya causas de izquierdas.
miércoles, febrero 13, 2008
"copiar y pegar"... ¿hàbito correcto?
Un interesante artículo destaca el hábito de los estudiantes de colegio de Gran Bretaña de copiar y pegar casi todos sus trabajos. En efecto, señala la nota que "Más de la mitad de los profesores británicos abordados en una encuesta han declarado que piensan que el plagio de trabajos de Internet es un problema."
Asì, el 58% de los profesores encuestados por la Asociación de Profesores y Académicos habían detectado esta práctica entre sus alumnos de sexto grado. Incluso, señala que "un profesor de la cuidad de Leeds dijo: “Tuve un trabajo ‘cortado y pegado’ de forma tan manifiesta que incluía los anuncios de la página web”."
Al igual que en las cárceles, en las universidades se aprenden los delitos que "facilitan" la vida: la gran mayoría copia en las pruebas con el concurso de las más acabadas tecnologías: los celulares con bluetooth, por ejemplo, son instrumentos útiles, pero lo siguen siendo también torpedos, los soplos, las anotaciones en el banco, etc. Sin duda, todo ello frente al absoluto descaro de sus autores y la negligencia de profesores y ayudantes.
A lo mejor, como piden los profesores ingleses, ha llegado la hora que en los colegios y universidades fortalezcamos las medidas contra el plagio. Si de acuerdo con el artìculo, "el 58% de los profesores que afirmaron que cerca de un cuarto de los trabajos que les entregan sus alumnos incluye “copia y pega“.", estamos frente a un problema grave
Conforme con ello, en lo personal he decidido adoptar ciertas medidas:
1. Antes de entrar a las prueba se exigirá que los alumnos dejen todas tus cosas en la mochila, celulares y calculadoras incluidas, y tendràn que dejar el bolso adelante
2. Las pruebas escritas se efectuarán en 3 o 4 formas distintas.
3. Los profesores debemos renovar las preguntas, para que no ocurra que los alumnos tengan el incentivo de "pasarse preguntas" unos a otros
Ello, entre otras medidas
Si quieren ver los artículos originales (y cuánto de ellos copiè y peguè) vean
http://www.noticiasdot.com/wp2/2008/01/21/el-copiar-y-pegar-online-es-un-grave-problema-educativo-en-inglaterra/
y http://www.tercera.cl/medio/articulo/0,0,3255_255243945_292948823,00.html
Asì, el 58% de los profesores encuestados por la Asociación de Profesores y Académicos habían detectado esta práctica entre sus alumnos de sexto grado. Incluso, señala que "un profesor de la cuidad de Leeds dijo: “Tuve un trabajo ‘cortado y pegado’ de forma tan manifiesta que incluía los anuncios de la página web”."
Al igual que en las cárceles, en las universidades se aprenden los delitos que "facilitan" la vida: la gran mayoría copia en las pruebas con el concurso de las más acabadas tecnologías: los celulares con bluetooth, por ejemplo, son instrumentos útiles, pero lo siguen siendo también torpedos, los soplos, las anotaciones en el banco, etc. Sin duda, todo ello frente al absoluto descaro de sus autores y la negligencia de profesores y ayudantes.
A lo mejor, como piden los profesores ingleses, ha llegado la hora que en los colegios y universidades fortalezcamos las medidas contra el plagio. Si de acuerdo con el artìculo, "el 58% de los profesores que afirmaron que cerca de un cuarto de los trabajos que les entregan sus alumnos incluye “copia y pega“.", estamos frente a un problema grave
Conforme con ello, en lo personal he decidido adoptar ciertas medidas:
1. Antes de entrar a las prueba se exigirá que los alumnos dejen todas tus cosas en la mochila, celulares y calculadoras incluidas, y tendràn que dejar el bolso adelante
2. Las pruebas escritas se efectuarán en 3 o 4 formas distintas.
3. Los profesores debemos renovar las preguntas, para que no ocurra que los alumnos tengan el incentivo de "pasarse preguntas" unos a otros
Ello, entre otras medidas
Si quieren ver los artículos originales (y cuánto de ellos copiè y peguè) vean
http://www.noticiasdot.com/wp2/2008/01/21/el-copiar-y-pegar-online-es-un-grave-problema-educativo-en-inglaterra/
y http://www.tercera.cl/medio/articulo/0,0,3255_255243945_292948823,00.html
Barack Obama: Viva el cambio!
Es natural y comprensible que a Barack Obama le esté yendo bien en su carrera por la Presidencia. El eje de campaña de los candidatos es qué tan distanciados están respecto de quien hoy preside la Casa Blanca, pues – siendo veleidosa como es- la opinión pública no adhiere hoy a George W. Bush como antaño. No hay que menospreciarlo: no es fácil ser electo dos veces en EEUU. Si no, pregúntenle a Jimmy Carter y al propio Bush padre.
La alternativa que aparecía natural desde la oposición demócrata no era sino el mantenimiento del status quo: la opción la representaba la verdadera vicepresidente de su marido que gobernaba mientras él tocaba saxofón; la misma que después fue senadora del estado liberal de “the hands that built America”, como decía Bono; la misma que “perdonó” las infidelidades en la Casa Oval: Hillary R. Clinton
Sin embargo, ella mantenía un flanco abierto: ser parte de la política tradicional estadounidense. La opinión pública estadounidense, en particular los jóvenes, tiene la percepción de que la senadora Clinton es un ser frío y ávido de poder, y por lo mismo, una continuista más. Sus discursos, aunque ocurrentes -por ejemplo aquel en que Hillary se ha proclamado como la segunda Clinton que remediaría los males del segundo Bush- no hacen sino incrementar esa sensación de continuidad.
Frente a esa opción –quien lo dijera, al final Hillary parece más continuista de Bush que rupturista de él- irrumpió un discurso renovador de cambio. Por sí mismo, Obama es un cambio generacional, racial y cultural respecto de la tradicional clase política estadounidense. Hijo de un africano y una blanca de origen nórdico de Kansas que, gracias a su talento, estudió al igual que Michelle, su mujer, en Harvard, en lugar de hacerse rico en un estudio de abogados neoyorquinos, prefirió ir a trabajar con los pobres durante diez años: lo saben las barriadas más miserables de Chicago.
Pero su gran mérito ha sido no generar asintonías entre su vida personal y su discurso político. Veamos las claves, en sus propias palabras, para ver si, al mismo tiempo, dichos discursos nos enseñan un camino inteligente de alternancia en el poder para Chile.
1. Discurso antisistema, contra los políticos tradicionales: “Nuestra política se torno penosa y partidaria, tan echada a perder por dinero e influencia, que no nos permite abordar los grandes problemas que demandan soluciones.” ¿No les suena a discurso conocido? Es cierto, la apatía y la desconfianza respecto de los políticos no es cosa que hayamos inventado en Chile, pero en nuestro medio los índices de popularidad de “los políticos” es casi tan bajo como en cualquier parte del mundo.
Obama se desmarca con facilidad y descaro de los “políticos profesionales”. El hoy senador por Illinois gusta de citar una frase del ex presidente Bill Clinton, al señalar: "La verdad es que uno puede tener experiencia positiva y experiencia negativa. La mía está arraigada en la vida real de gente real, y traerá resultados reales si tenemos valor para cambiar".
2. “Tenemos que cambiar nuestra política.” Si Obama usara algo semejante a “The real troubles of the people”, tendría problemas de inscripción de marca con algunos expertos en marketing político chileno. Su otra frase favorita: “el cambio es lo que va a pasar en América”, con su público gritándole “we want change!, we want change”, muestra que el discurso del cambio y la alternancia funcionan. Debemos alertar, eso sí, que no siempre dicho discurso es sinónimo de resultados positivos: la gente, en especial la más pobre, sufre de aversión a los cambios, incluso los políticos. Ello explica los bajos niveles de incumbencia de los políticos y las altas tasas de reelectibilidad de los mismos.
3. Discurso de unidad. “tenemos que juntar nuestros intereses comunes y nuestros problemas como norteamericanos.” A la gente, ni acá ni allá, le interesan las peleas pequeñas. Los políticos se han desprestigiado con ellas, y es esa la explicación que permite entender por qué a los organismos técnicos –equivocados o no- les va mejor en las evaluaciones que a los entes políticos. Obama tiene claro eso, y por ello es que –no obstante se saque los ojos con Clinton, y luego con McCain- hablará de unidad y de atravesar fronteras. ¿Escucharon claro los que hablan de “desalojo”?
4. Sinceridad ante todo. Como señala Vargas Llosa, Barack posee una “insensata sinceridad con que ha desnudado su vida en su autobiografía y en su campaña.” ¿Qué pecados podrían usar los Clinton en una “guerra sucia” si él ya los ha confesado todos? No es posible sacarlo al pizarrón por los errores que cometió –como el consumo de drogas – pues él ya se adelantó. Y lo que es más importante, el pueblo americano ya lo perdonó.
5. Convoca a la esperanza de tiempos nuevos. “Esto no va a pasar por si solo. Solo usted puede cambiar nuestra política, la gente a través de nuestro país que cree que existe una mejor manera y están dispuestos a trabajar por ese cambio.” Nadie se encanta con un mero cambio. El cambio tiene, en el caso de Obama, un sustento de esperanza, de sueño americano de volver a construir el país que siempre quisieron en especial las clases medias. Después de todo, a todos nos gustan los finales del tipo “happily ever after”
Es cierto que su campaña tiene olor a Starbucks más que a Dunkin´Donuts, lo que acá sería más “pelolais” que “pokemon”. También lo es que sus posibilidades de ganar siguen siendo menores que las de Clinton, pues ganarle a la burocracia establecida siempre es difícil. Pero ¡Por Díos que se puso entretenida la campaña estadounidense con este discurso de “viva el cambio”!
La alternativa que aparecía natural desde la oposición demócrata no era sino el mantenimiento del status quo: la opción la representaba la verdadera vicepresidente de su marido que gobernaba mientras él tocaba saxofón; la misma que después fue senadora del estado liberal de “the hands that built America”, como decía Bono; la misma que “perdonó” las infidelidades en la Casa Oval: Hillary R. Clinton
Sin embargo, ella mantenía un flanco abierto: ser parte de la política tradicional estadounidense. La opinión pública estadounidense, en particular los jóvenes, tiene la percepción de que la senadora Clinton es un ser frío y ávido de poder, y por lo mismo, una continuista más. Sus discursos, aunque ocurrentes -por ejemplo aquel en que Hillary se ha proclamado como la segunda Clinton que remediaría los males del segundo Bush- no hacen sino incrementar esa sensación de continuidad.
Frente a esa opción –quien lo dijera, al final Hillary parece más continuista de Bush que rupturista de él- irrumpió un discurso renovador de cambio. Por sí mismo, Obama es un cambio generacional, racial y cultural respecto de la tradicional clase política estadounidense. Hijo de un africano y una blanca de origen nórdico de Kansas que, gracias a su talento, estudió al igual que Michelle, su mujer, en Harvard, en lugar de hacerse rico en un estudio de abogados neoyorquinos, prefirió ir a trabajar con los pobres durante diez años: lo saben las barriadas más miserables de Chicago.
Pero su gran mérito ha sido no generar asintonías entre su vida personal y su discurso político. Veamos las claves, en sus propias palabras, para ver si, al mismo tiempo, dichos discursos nos enseñan un camino inteligente de alternancia en el poder para Chile.
1. Discurso antisistema, contra los políticos tradicionales: “Nuestra política se torno penosa y partidaria, tan echada a perder por dinero e influencia, que no nos permite abordar los grandes problemas que demandan soluciones.” ¿No les suena a discurso conocido? Es cierto, la apatía y la desconfianza respecto de los políticos no es cosa que hayamos inventado en Chile, pero en nuestro medio los índices de popularidad de “los políticos” es casi tan bajo como en cualquier parte del mundo.
Obama se desmarca con facilidad y descaro de los “políticos profesionales”. El hoy senador por Illinois gusta de citar una frase del ex presidente Bill Clinton, al señalar: "La verdad es que uno puede tener experiencia positiva y experiencia negativa. La mía está arraigada en la vida real de gente real, y traerá resultados reales si tenemos valor para cambiar".
2. “Tenemos que cambiar nuestra política.” Si Obama usara algo semejante a “The real troubles of the people”, tendría problemas de inscripción de marca con algunos expertos en marketing político chileno. Su otra frase favorita: “el cambio es lo que va a pasar en América”, con su público gritándole “we want change!, we want change”, muestra que el discurso del cambio y la alternancia funcionan. Debemos alertar, eso sí, que no siempre dicho discurso es sinónimo de resultados positivos: la gente, en especial la más pobre, sufre de aversión a los cambios, incluso los políticos. Ello explica los bajos niveles de incumbencia de los políticos y las altas tasas de reelectibilidad de los mismos.
3. Discurso de unidad. “tenemos que juntar nuestros intereses comunes y nuestros problemas como norteamericanos.” A la gente, ni acá ni allá, le interesan las peleas pequeñas. Los políticos se han desprestigiado con ellas, y es esa la explicación que permite entender por qué a los organismos técnicos –equivocados o no- les va mejor en las evaluaciones que a los entes políticos. Obama tiene claro eso, y por ello es que –no obstante se saque los ojos con Clinton, y luego con McCain- hablará de unidad y de atravesar fronteras. ¿Escucharon claro los que hablan de “desalojo”?
4. Sinceridad ante todo. Como señala Vargas Llosa, Barack posee una “insensata sinceridad con que ha desnudado su vida en su autobiografía y en su campaña.” ¿Qué pecados podrían usar los Clinton en una “guerra sucia” si él ya los ha confesado todos? No es posible sacarlo al pizarrón por los errores que cometió –como el consumo de drogas – pues él ya se adelantó. Y lo que es más importante, el pueblo americano ya lo perdonó.
5. Convoca a la esperanza de tiempos nuevos. “Esto no va a pasar por si solo. Solo usted puede cambiar nuestra política, la gente a través de nuestro país que cree que existe una mejor manera y están dispuestos a trabajar por ese cambio.” Nadie se encanta con un mero cambio. El cambio tiene, en el caso de Obama, un sustento de esperanza, de sueño americano de volver a construir el país que siempre quisieron en especial las clases medias. Después de todo, a todos nos gustan los finales del tipo “happily ever after”
Es cierto que su campaña tiene olor a Starbucks más que a Dunkin´Donuts, lo que acá sería más “pelolais” que “pokemon”. También lo es que sus posibilidades de ganar siguen siendo menores que las de Clinton, pues ganarle a la burocracia establecida siempre es difícil. Pero ¡Por Díos que se puso entretenida la campaña estadounidense con este discurso de “viva el cambio”!
lunes, febrero 11, 2008
Leyes antiterroristas y "conflicto mapuche"
Hace más de 25 años la Comisión de Estudios para una Nueva Constitución alertaba sobre el riesgo del terrorismo, apreciando cómo las “miles de personas inocentes, niños, mujeres, ancianos (que) han sido víctima de su violencia despiadada” apreciaban, impotentes, cómo sus derechos humanos esenciales eran conculcados por grupos organizados violentistas. Visionariamente, la Comisión hacía hincapié en determinada característica del terrorismo moderno, “la organización internacional, pues por lo general responde a una misma inspiración ideológica totalitaria...”
El terrorismo es hoy, al igual que entonces, una de las lacras más graves que vive una sociedad libre, pues pretende que unos pocos alteren por la violencia, lo que la nación ha determinado como convivencia razonable fundada en el derecho. Es, pues, una amenaza permanente para quienes pretendemos vivir en paz y libertad. Es, como lo señala adecuadamente la Constitución, un grave atentado a los derechos humanos, pues con duros aprendizajes nuestra sociedad comprendió que la violencia no es un medio válido de acción política.
Estos principios, que creíamos incorporados a cabalidad en nuestra sociedad, están siendo hoy nuevamente objeto de crítica y cuestionamiento. Bajo la excusa del alentado y financiado desde el extranjero “conflicto mapuche”, se ha pretendido justificar por ciertos sectores la comisión de hechos de carácter terrorista, como las quemas de fundos, asaltos a la policía, ataques a personas y bienes determinados y, en general, actividades propias de la denominada “guerra de guerrillas”.
A raíz del “conflicto” ha surgido, pues, la necesidad de revisar la vigencia y existencia de normas antiterroristas. Parece claro en tal sentido que en el resto del mundo el tema ya parece zanjado. Normas rigurosas contra el terrorismo son comunes en el mundo occidental, y la tendencia legislativa se orienta a reprimir en forma oportuna al violentismo. En Derecho Comparado, tanto la legislación española (Ley Orgánica Nº 8/1984) como la italiana (Ley Nº 152 de 22 de mayo de 1975, conocida como“Ley Reale”), tipifican delitos comunes como delitos terroristas, cuando estos cumplen con determinadas características, al igual que el Convenio Europeo para la Represión del Terrorismo (CERT), de 29 de enero de 1977. Recientemente, los atentados en Nueva York del 2001 motivaron a la ONU a declarar “que los actos, métodos y prácticas terroristas son contrarios a los propósitos y principios de las Naciones Unidas y que financiar intencionalmente actos de terrorismo, planificarlos e incitar a su comisión también es contrario a dichos propósitos y principios”: conforme a ello las diversas legislaciones han incrementado sus sanciones y prevenciones de represión antiterrorista.
Contra la tendencia mundial, consistente en aumentar sanciones y controles en dichas materias, en nuestro medio hay quienes han propuesto derogar la ley antiterrorista ¿Qué es lo que realmente se pretende eliminar? La actual ley antiterrorismo (N° 18.314, artículos 1° y 2º) sanciona con mayor rigor a los delitos simples que se cometen con ánimo de arrancar decisiones de la autoridad por medio de causar en toda o parte de la población la amenaza de ser víctima de una acción similar sea por la naturaleza y efectos de los medios empleados, o por la evidencia de que obedece a un plan premeditado de atentar contra una categoría o grupo determinado de personas.
¿Es antidemocrática esta legislación? Al contrario, constituye una adecuada garantía de que en nuestra sociedad todos los sectores y grupos son vistos y tratados por igual ante la ley, y que aquellos que opten por la violencia como medio de acción política serán sancionados más duramente.
El presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Leal, se pregunta si es posible que a un joven que en Santiago lanza una bomba molotov contra un vehículo de carabineros se le aplique la Ley de Control de Armas y que en la IX Región a un mapuche que hace lo mismo se le aplique la ley antiterrorista. En cualquier Estado Democrático de Derecho serio, la respuesta sería afirmativa: quien actúa en una asociación terrorista debe ser sancionado en forma más severa que los demás, de acuerdo con la sana doctrina aristotélica de la isonomía: tratar igual a los iguales y desigualmente a los desiguales.
Por eso resulta preocupante que desde el Ejecutivo se señale que "en el actual Gobierno hay que excluir la aplicación de esa ley mientras no haya víctimas humanas". Por ello es igualmente alarmante usar un presunto conflicto de supuesta naturaleza interracial para ablandar legislaciones para absolver a quienes promueven el terror como medio de acción política.
El terrorismo es hoy, al igual que entonces, una de las lacras más graves que vive una sociedad libre, pues pretende que unos pocos alteren por la violencia, lo que la nación ha determinado como convivencia razonable fundada en el derecho. Es, pues, una amenaza permanente para quienes pretendemos vivir en paz y libertad. Es, como lo señala adecuadamente la Constitución, un grave atentado a los derechos humanos, pues con duros aprendizajes nuestra sociedad comprendió que la violencia no es un medio válido de acción política.
Estos principios, que creíamos incorporados a cabalidad en nuestra sociedad, están siendo hoy nuevamente objeto de crítica y cuestionamiento. Bajo la excusa del alentado y financiado desde el extranjero “conflicto mapuche”, se ha pretendido justificar por ciertos sectores la comisión de hechos de carácter terrorista, como las quemas de fundos, asaltos a la policía, ataques a personas y bienes determinados y, en general, actividades propias de la denominada “guerra de guerrillas”.
A raíz del “conflicto” ha surgido, pues, la necesidad de revisar la vigencia y existencia de normas antiterroristas. Parece claro en tal sentido que en el resto del mundo el tema ya parece zanjado. Normas rigurosas contra el terrorismo son comunes en el mundo occidental, y la tendencia legislativa se orienta a reprimir en forma oportuna al violentismo. En Derecho Comparado, tanto la legislación española (Ley Orgánica Nº 8/1984) como la italiana (Ley Nº 152 de 22 de mayo de 1975, conocida como“Ley Reale”), tipifican delitos comunes como delitos terroristas, cuando estos cumplen con determinadas características, al igual que el Convenio Europeo para la Represión del Terrorismo (CERT), de 29 de enero de 1977. Recientemente, los atentados en Nueva York del 2001 motivaron a la ONU a declarar “que los actos, métodos y prácticas terroristas son contrarios a los propósitos y principios de las Naciones Unidas y que financiar intencionalmente actos de terrorismo, planificarlos e incitar a su comisión también es contrario a dichos propósitos y principios”: conforme a ello las diversas legislaciones han incrementado sus sanciones y prevenciones de represión antiterrorista.
Contra la tendencia mundial, consistente en aumentar sanciones y controles en dichas materias, en nuestro medio hay quienes han propuesto derogar la ley antiterrorista ¿Qué es lo que realmente se pretende eliminar? La actual ley antiterrorismo (N° 18.314, artículos 1° y 2º) sanciona con mayor rigor a los delitos simples que se cometen con ánimo de arrancar decisiones de la autoridad por medio de causar en toda o parte de la población la amenaza de ser víctima de una acción similar sea por la naturaleza y efectos de los medios empleados, o por la evidencia de que obedece a un plan premeditado de atentar contra una categoría o grupo determinado de personas.
¿Es antidemocrática esta legislación? Al contrario, constituye una adecuada garantía de que en nuestra sociedad todos los sectores y grupos son vistos y tratados por igual ante la ley, y que aquellos que opten por la violencia como medio de acción política serán sancionados más duramente.
El presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Leal, se pregunta si es posible que a un joven que en Santiago lanza una bomba molotov contra un vehículo de carabineros se le aplique la Ley de Control de Armas y que en la IX Región a un mapuche que hace lo mismo se le aplique la ley antiterrorista. En cualquier Estado Democrático de Derecho serio, la respuesta sería afirmativa: quien actúa en una asociación terrorista debe ser sancionado en forma más severa que los demás, de acuerdo con la sana doctrina aristotélica de la isonomía: tratar igual a los iguales y desigualmente a los desiguales.
Por eso resulta preocupante que desde el Ejecutivo se señale que "en el actual Gobierno hay que excluir la aplicación de esa ley mientras no haya víctimas humanas". Por ello es igualmente alarmante usar un presunto conflicto de supuesta naturaleza interracial para ablandar legislaciones para absolver a quienes promueven el terror como medio de acción política.
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